viernes, 17 de abril de 2009

¿CANSADO DE LUCHAR?

Todos tenemos derecho a hacer, pensar y sentir lo que queremos, siempre y cuando no perjudiquemos a nadie
Hay muchas ideas irracionales o pensamientos distorsionados en nuestra sociedad que impiden el autocontrol emocional y logran que nuestra vida no sea plena, que la disfrutemos con alegría.
Los sentimientos no son simples emociones que nos suceden, sino que son reacciones que elegimos tener.
Cuántas veces te preguntas, ¿Qué es lo que me está pasando?
¿Por qué las cosas no me salen como yo quiero?
y si en algunos momentos de tristeza e inconformidad contigo, te respondes con pensamientos negativos, como: yo no sirvo para este trabajo, a mi las cosas no me salen, yo estoy en un mal momento, alguien me tiene que ayudar, me siento solo/a, estoy cansado/a de luchar, quiero mandar todo al carajo, quiero perderme, desaparecer.
Con esta clase de pensamientos estas creando tu mundo. Qué clase de mundo crees que estas creando ahora?
Te invito a una sesión de Coaching totalmente gratis, para que puedas descubrir tu potencialidad como ser humano y todo lo que puedes llegar a crear y sentir desde tu más preciado Ser.
Tú decides y tu elección te llevará a alcanzar la felicidad.

NECESIDAD DE APROBACIÓN

Necesidad de aprobación

A todos nos gusta que nos aprueben. La aprobación no es un mal en sí misma; se convierte en patológica cuando es una necesidad en lugar de un deseo.
Es imposible lograr la aprobación de todas las personas en todas las cosas que hagan, ya que todos los seres humanos somos diferentes.
Además, aunque parezca extraño, cuanto más se busca aprobación, menos se la encuentra.
Hay una pequeña fábula que ilustra esto, ya que la ausencia de la búsqueda de aprobación como necesidad podría ser definida como la felicidad.
Un gato grande ve cómo un gatito trataba de agarrarse la cola y le pregunta: ¿Porqué lo haces?
Y el gatito dijo: “Porque he aprendido que lo mejor es la felicidad y mi cola es la felicidad”
Y el gato grande le respondió: “Yo también sé que mi cola es la felicidad, pero me he dado cuenta que cuando la persigo se me escapa y cuando voy haciendo lo que tengo que hacer ella viene detrás de mí por dondequiera que yo vaya